Fracaso de la ONU y éxito de Uganda en la lucha contra el Sida:

Las conclusiones del encuentro de Ginebra de 20 y 21 de junio entre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo para la Población de Naciones Unidas (FNUAP) ha sido la confirmación del fracaso de las políticas de la “salud reproductiva” y del “sexo seguro” que proponen como prioritarias en la educación sobre la afectividad en el mundo.

Es preciso señalar que ambas organizaciones utilizan meta-mensaje, pues las frases no dicen lo obvio de su sentido. Traduciendo: Salud reproductiva es equivalente a aborto (el niño en el seno de la madre es tratado como una enfermedad a extirpar cuando no es deseado); Sexo seguro equivale a uso del preservativo; y la novedad lucha contra la “violencia contra la mujer”, es lucha contra su embarazo, y contra los efectos posteriores, es, para ellos, violencia el que la mujer se quede embarazada, no lo es el que se mate al niño que lleve en su seno.

De todos modos, a pesar de la política de “sexo seguro” la OMS estima que anualmente se producen 340 millones de nuevos casos de enfermedades de trasmisión sexual, como la clamidia y la gonorrea. La edad de los nuevos infectados oscila entre los 15 a los 49 años.

A pesar del uso del preservativo, la OMS estima que entre los “adolescentes sexualmente activos entre los 10 a 19 años” aumentan los embarazos inesperados, los abortos inseguros y la violencia sexual -lógicas consecuencias de la animalización del sexo-. “Una gran proporción de los 4.1 millones de nuevas infecciones de HIV-SIDA, ocurren entre los 15 a 24 años”, declaró la OMS que también reconoció que 490.000 mujeres al año se contagian del virus del papiloma humano (siglas en inglés; HPU), que está íntimamente asociado con el cáncer cervical.

Un ejemplo cercano: la ONG abortista británica Marie Stopes International (MSI) reconoce que 90.000 jóvenes menores de 19 años quedan embarazadas anualmente en Inglaterra; 7.700 tienen menos de 16 años y 2.200 menos de 14 años, y nunca como ahora se le ha dado tanta “información” y tantas facilidades a las menores para conseguir anticonceptivos (muchos de ellos abortivos). Y el fracaso ha llegado a la aberración de facilitarles el aborto quirúrgico y, para peor, sin que sus padres se enteren.

La conclusión del encuentro es seguir con más de lo mismo. No quieren ver un ejemplo cercano, el de Uganda, donde han cambiado las prioridades y la situación ha mejorado y mucho: primero: fidelidad, segundo: abstinencia y, tercero, si no se puede evitar: preservativo.

La doctora Angelina Kakooza-Mwesige, del hospital de Mulago, Uganda, el más grande del país, cuenta en una entrevista ("MercatorNet", 18-04-2006) qué ha ocurrido en Uganda. Su experiencia es que la solución no es más preservativos, sino cambios en la conducta sexual, la lucha contra la pobreza y la mejora del estatus social de las mujeres.

El mensaje sobre el cambio de comportamiento fue muy claro y práctico: A (abstinencia), B (fidelidad) y, si no se vive lo anterior, C (condón). Para la Iglesia católica, la C indica Carácter, formación del carácter. El hecho fue que la campaña ABC produjo un cambio de conducta: personas sexualmente activas decidieron ser fieles a una sola pareja y otras resolvieron retrasar el comienzo de las relaciones sexuales.

Según el informe "Uganda´s Demographic and Health Survey 2000-2004", el 93% de los ugandeses cambió su comportamiento sexual para evitar el sida.
Con esa táctica se ha logrado cambiar drásticamente los datos de infecciones del sida en ese país. En 1990 en Uganda, la prevalencia estimada del sida alcanzó un máximo del 20% de la población. Ahora está entre el 6% y el 7%, y Uganda se ha convertido en modelo de prevención del sida para los demás países africanos.

1 comentario:

frid dijo...

El fracaso de las campañas de "sexo seguro":

Recojo este dato de la conferencia de alto nivel que ha tenido lugar en Ginebre los días 20 y 21 de junio de 2002 entre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo para la Población de Naciones Unidas (FNUP), donde la la ONG abortista británica Marie Stopes International (MSI) reconoce que 90.000 jóvenes menores de 19 años quedan embarazadas anualmente en Inglaterra; 7.700 tienen menos de 16 años y 2.200 menos de 14 años, y nunca como ahora se le ha dado tanta "información" y tantas facilidades a las menores para conseguir anticonceptivos (muchos de ellos abortivos). Y el fracaso ha llegado a la aberración de facilitarles el aborto quirúrgico y, para peor, sin que sus padres se enteren.

Esos datos nos deberían hacer reflexionar sombre las estrategias que se siguen en los centros públicos de salud para la prevención del sida y del embarazo precoz. Y reconocer, porque es verdad, que el nudo gordiano para resolver esos problemas es el fomento de la fidelidad conyugal en los adultos y de la abstinencia en los jóvenes. Las campañas de "sexo seguro " han demostrado que sólo fomentan la promiscuidad y el aumento de enfermendades y embarazos no deseados.
¿Es que no sabemos educar a nuestros jóvenes en otros valores, e inculcarles otras actividades ilusionantes como para ir centrando nuestra atención siempre en lo mismo?

Va siendo hora de que pensemos que el ser humano es más que una maquinita de placer, que por algo tiene un bulto pensante encima de los hombros, y una capacidad física e intelectual para el deporte, el arte y la música.