Cuando se leen libros u otros escritos de siglos pasados en los que se analiza la sociedad de entonces, a muchos les sorprende la actualidad de esas narraciones. Pero en realidad no debiera sorprender, dado que la naturaleza humana es la misma siempre; la misma grandeza y la misma miseria. Lo que varía con los siglos son las circunstancias externas: la moda, la tecnología...
También los científicos son de la naturaleza humana. Un científico debe buscar la verdad siempre, y aplicar ese conocimiento teniendo en cuenta todas las dimensiones humanas. La investigación no se debe desligar de la moral, ya que el ser humano es un todo, no una cosa sin personalidad.
Por eso considero que no son científicos quienes se dedican a hacer experimentos con embriones, quienes clonan al ser humano, quienes apoyan el aborto, la eutanasia, quienes se prestan a desarrollar técnicas de reproducción humana artificial, quienes falsifican datos paleontológicos, quienes investigan en nuevas armas...
Para eso no hace falta estudiar una carrera, realizar un doctorado, hacer un máster. Basta con aprender a base de ver a otro y de experimentar: lo que se llama un practicón. Esos pseudocientíficos encuentran apoyos en pseudopolíticos, y sólo sirven para experimentar con gaseosa.
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