Un gran reto

"El mayor problema planteado en las familias españolas".

Así se describe la asignatura educación para la ciudadanía.

Los padres no saben en qué consiste esto, por lo que es importantísimo que se informen, y decidan con ello. El problema no es tanto el contenido de la asignatura, sino el objetivo que se busca con ella, que es conformar la conciencia de los niños, tal y como está recogido en los reales decretos que regulan la materia.

Los padres tienen el derecho de educar a sus hijos con amor, no dejando la educación en manos de nadie, y menos de los gobernantes. Nos estamos jugando su felicidad.

En cuanto a los contenidos, se pretende la conformación de la afectividad mediante el relativismo moral. Una persona educda en esos principios no puede se feliz, porque las leyes son incapaces de hacer a una persona virtuosa. Es decir, según esa concepción de la vida, es el derecho positivo el garante de la felicidad, y con ello, las mayorías parlamentarias son las que deciden lo bueno y lo malo.

En cuanto al criterio de valoración, los profesores deben valorar la intimidad y la conciencia de los pequeños, eso es totalitarismo puro y duro.

¿QUÉ DEBEMOS HACER?

Informarse con detalle: www.objetamos .com
Transmitir de persona a persona, de familia a familia la gravedad del asunto.
Y si se comparte esta preocupación, transmitir que no se quiere cursar la asignatura, ejerciendo el derecho de la objeción de conciencia. Se puede objetar directamente, según el artículo 16 de la Constitución y no resulta necesario que una ley concreta regule este derecho respecto a una materia específica.

Sí es necesario dejar claro que no vamos en contra de la ley, porque una ley de rango inferior (EpC) no puede contradecir otra de rango superior (Constitución Española).

Gracias al ejercicio del derecho a la objeción de conciencia, se enriquece la democracia, y es preciso hacerlo cuanto antes, no esperar. Aunque el hijo tenga sólo 24 horas de vida ya se puede hacer, y además presentarlo los dos padres uno cada uno. Y tanto al centro como al departamento de educación de la comunidad autónoma. Y se objeta ejerciendo el derecho, no pidiendo permiso, y en el boletín de notas debe aparecer la palabra "exento", u otra similar, pero nunca en blanco o suspenso.

Y no valen razones de miedo. Todo está bien meditado, incluso se pierden las batallas, pues son riesgos medidos. Ahí están los padres que ya han objetado, valientes y que saben lo que quieren.

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